Zapatos negros, velas de cumpreaños (Rous)

Zapatos negros chasqueando charcos,
el claquet de las olas se mete en las suelas.

El día pasa bajo los pies,
entre tierra húmeda y rocas gastadas por la rotación de las ruedas.

El reloj del conejo siempre atrasa,
Alicia no llegará a la cena,
mientras insectos que la devoran con fricción, con fricción.

Cuando ella llega, quedan migajas,
siembran la tierra de corazones,
crecerán velas de cumpleaños que el viento apaga con resignación.

Rios de lava (Rous)

Cuando callen las voces metálicas, sólo el viento moverá las hojas,
sacudiendo la tierra de nubes, de orgasmos entre ríos, ríos de lava.

Entonces veré pasar estaciones con la mirada puesta en el cielo,
que derretido de esperanza humedecerá mis ojos.

Caen los días en sábanas calientes, despertando en dulces sueños
que revientan la soledad a merced de las iras que entretejen mentiras.

Aletean mis manos codiciando engaño que mis sueños persigue con pasión,
esa voz que resuena en mi vientre es el eco del misterio.

que la lava ardiente enteteje en mis sueños
de ojos nacientes húmedos de ilusión.

Milhojas de carne (Rous)

Milhohjas de carne, cada capa un recuerdo,
cubierto de sangre, y entre tanto la vida
que no se desangre cobrándose vidas.

Un charco en el suelo, suelas podridas,
con tanto aleteo de vidas perdidas,
flotando en el cielo encharcado de vida.

Lamiendo, lames la cara amiga,
que no se descubra tu patria perdida,
perdida en el tiempo de horas vencidas.

Hojas que esparce el tiempo perdido,
hojas de carne que no se han vivido,
cubiertas de sangre y sueños vencidos.

Catálogo de música libre

Vaga luz de soledad (Rous) (Directo)

Sala "Doka"(Donostia) 27 de noviembre de 2011

Rocki Montana (Rous)

Despierta Rocki en el alba, en las montañas de Arizona,
canta su armónica a la luna, corean los grillos su canción;

Una mirada apasionada le abrió las puertas del amor,
dejó por ella las montañas, cegado por su corazón;

Rocki se parte las espaldas en los muelles de Nueva York,
por un grasiento empresario, su amor eterno le dejó;

Acuna el canto de su alma vino barato del peor,
no siente el aire que respira, tan sólo el vaho del alcohol;

Urgando un día en sus bolsillos, su vieja armónica encontró,
miró a la luna y las estrellas, aún esperaban su canción.