Sumidero de almas (Rous)

La tierra desprenderá su aroma tierno,
vuelve la lluvia a correr por sus mejillas;

Llamarada de los ríos que no cesa,
la noche volcando sombras moja calles.

Andanada cruel de flechas cae sobre mí,
me refugio en tus brazos,
¿que otra cosa puedo hacer?.

Sumidero de almas.

El muro de piedra se hace agua al mirarlo,
las flechas son gotas que riegan la tierra;

Tus brazos tenazas, rompen mis costillas,
mis sueños escapan de la soledad.

Frío (Rous)

Protégeme del frío que la noche abriga,
de oscuridad compartida en tambores de hojalata;

Las huellas sobre la nieve dejan mis pasos vencidos,
como muescas en la piedra de tacones maldecidos.

Protégeme de la helada que llega de madrugada
aquietando los sentidos en cristales pervertidos
en mil imágenes robadas a la sombra del destino.

Es cierto que siempre escondo mis ojos en el hastío,
porque la niebla que envuelve mi corazón malherido
estalla en tormenta y sangre cada vez que te acaricio.

Al fin te tengo (Rous)

Al fin te tengo,
tu piel como mapa donde me pierdo,
tu voz espuma al romper las olas en mis oídos.

Todo tengo,
nada queda en ti,
todo me lo das,
como el viento rompiendo un ventanal.

Al fin me tienes,
mi cuerpo arrullado en tu regazo,
dentro de ti me haces sentir que soy alguien.

Nada tengo,
todo queda en ti,
te lo quiero dar,
el sentido de nuestro navegar.

Un día cogí tu mano,
no me la querías soltar,
y después cogí tu brazo,
un abrazo recibí.

Abracé todo tu cuerpo,
y tú me dejaste entrar,
y me diste un gran regalo
que nunca dejaré de amar.

Huida (Rous)

Cojo las ropas usadas que tengo y me voy,
dejo atrás una casa sin recibidor;

busco un trabajo decente en el que ocupar
todas las horas que el día me quiere arrancar;

Busco entre las piedras algo que hacer,
algo que sea para siempre.