Música y poesía.

domingo, 29 de marzo de 2015

Admiración

Como no adorar
tus ojos cuando brillan
entre la oscuridad
en la que pasan los días.
Tus manos acarician
la rasposa vida,
olvidada flor
de rosadas mejillas.

Tú que adoras al viento, tú que eres tempestad,
tú que eres el aire que tomas al respirar,
tú que eres la musa que oyes al escuchar,
tú que eres la luz
que alumbra tus ojos.

Entre adosadas sombras
que bifurcan caminos
y focos que revientan
sueños de intimidad.
Tu boca abierta,
tu atención apabullada,
por cada instante de vida,
burbujas al estallar.

Tú que adoras al viento, tú que eres tempestad,
tú que eres el aire que tomas al respirar,
tú que eres la musa que oyes al escuchar,
tú que eres la luz
que alumbra tus ojos.


sábado, 14 de marzo de 2015

Dicen

Dice
el sol que nada te puede cegar
la luna que todo es oscuridad
el viento que no te pueden parar
el fuego que todo arde al tocar
el agua que no te puedes ahogar

El mago que todo es ilusión
la ciencia que todo se ha de explicar
el sabio que en verdad no sabe nada
el loco que la vida hay que soñar
el poeta que los sueños sueños son

No se que hacer
no puedo más
no se que puedo hacer
no puedo más

Dice
el rey que tienes plena libertad
el juez que la ley es imparcial
el jefe que te honra trabajar
el banquero que te has de endeudar
el sacerdote que en pecado está

la niña que una princesa es
el niño que es un héroe de Márvel
el joven que está todo por llegar
el viejo que no hay nada que esperar
el muerto al hoyo y a tapar

No se que hacer
no puedo más
no se que puedo hacer
no puedo más

Y digo yo si no será mejor
dejar de hablar, mirar alrededor
mandarlo todo al diablo de una vez
volver a confiar en el amor.


domingo, 1 de marzo de 2015

La máquina del tiempo

Esperanza entre los hielos
de profundos icebergs,
como globos de helio
entre nubes de marfil.

La locura está de moda
tanto como el desamor,
nadie se da por vencido,
sólo el sol a mediodía.

Que cansado de esperar
a que la tierra gire ya,
se arropa con un manto de estrellas
y espera hasta el amanecer.

Somos hijos del olvido
hasta que suenan los himnos:
de la marcha nupcial,
las campanas del entierro.

Crece el trigo y la cebada
entre nubes de hormigón.
Aunque el tren te lleve lejos,
siempre quedan los recuerdos.

Que como el humo que trago
se queda entre los pulmones,
no me deja andar ni a veces respirar,
busco la salida de emergencia.

Es el viento mi corazón
que despunta al alba son compasión
para que lo quieras sin condición
y se queme al fuego de la pasión.

Y sumido en la perversión
desencaje el tiempo y su construcción
para que despeñe en libertad
por desfiladeros de realidad.