en el mar subterráneo;
dales de comer
tus piernas, tus brazos.
Sus cuerpos blandos
se sumergen en la arena;
más y más abajo,
abismos insondables.
El abismo soy yo,
mis piernas, mis brazos,
la piel que me envuelve
se extiende por dentro,
se extiende por fuera;
la bestia soy yo.
La delgada linea que separa
el viento;
miro a cada lado y quizás
me duermo;
y quizás despierto, y sigo aquí
soñando;
envuelto en brumas de siglos
pasados.