Música y poesía.

viernes, 8 de mayo de 2015

Escalera poética

Una escalera para subir,
otra para bajar,
para chocarse con el techo
y cambiar los fusibles del sol
para dejarse llevar por la cinta
del matadero,
donde se aprovecha todo,
desde las tripas hasta el corazón,
para construir los palacios
que en desierto brillan al sol.

Hacia ellos todos corren,
combatiendo,
sólo unos pocos logran entrar.

Mientras el resto en la caverna
de chocolate,
sólo alargan sus brazos y comen
en sus lujosas tumbonas.
No pasan ya por la puerta sus gordos
cuerpos infames.
Una escalera para arrojar
a los espejos del laberinto,
una escalera trampolín
para plantarse de nuevo en la tierra.

Con la sonrisa
de un niño,
y arrojar a la cara
verdades como puños golpeando la máscara,
la máscara de irreprochable convicción.




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