llegando a la estación,
rostros pálidos pegados
a las ventanillas.
Son los mismos rostros
cada vez más viejos,
pero con la misma expresión.
Voy por las mismas calles
a la misma hora,
calles derruidas,
mi rastro en el asfalto.
¿Será cierto que me sigues
queriendo cuando ya
hace tiempo que te has ido
y no se donde estás?
Mañana despertaré
a la misma hora,
en el mismo lugar.
El sol ya no brilla
la luna no está,
el teléfono suena
nadie llama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario