camino con la herida en la frente;
La cabeza erguida, arrastrando los pies,
ajeno al mundo, a Dios;
El agua se cuela por las grietas,
nada aguanta el furor de las olas;
acequias desbordadas recuerdan el pasado,
sólo el sol secará el río,
cuando el agua deje de fluir;
maldigo la suerte que me hizo libre.
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