Cretino de cristal, que romperé a patadas,
maldigo el silencio que jamás tuviste;
El que envuelve los sueños para deshacerlos en polvo,
y que caiga como nieve en tu pecho descubierto;
Cretino de arena que se llevará las olas,
arrastrando la marea tu dolor anclado al suelo,
y tu sombra de montaña que devolverás al sol.
Cretino de sal que disolverá la lluvia,
y en alcantarillas vivas de humedad y estrago,
recorrerás el lecho de ciudades muertas;
es allí donde naciste, cretino de fuego y sangre.
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