Oigo a lo lejos el tren de las almas,
como bruma de otoño sobre corazón roto;
Miradas perdidas entre la vida y la muerte,
las manos saliendo de la ventana;
Acariciando el halo misterioso de las cosas,
entre campos llenos de espíritus;
Se refleja la noche en la ventana,
el reflejo de lo que nunca volverá.
Se sumerge en la tierra como nubes oscuras,
túneles de tiempo que lo tragan todo;
Fuera el aire frío limpia la superficie metálica
de restos de carne;
Oigo a lo lejos el tren de las almas,
en la estación vacía por la que nunca pasa;
Oigo a lo lejos el tren de las almas,
como bruma de otoño sobre corazón roto.
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